La evolución del concepto de marketing, ha estado directamente vinculada a los cambios en los niveles de intensidad competitiva, que se erigen desde el entorno remoto e inmediato de la empresa. Es así como a principios del siglo pasado, la intensidad competitiva dejaba en evidencia estándares muy bajos (escasa oferta, pocas marcas), a partir de los cuales emerge el Concepto de Producción, cuyo enfoque para la generación de ingresos se sostenía sobre la producción en serie (volumen) y la distribución masiva del producto en el territorio.
Poco tiempo después se introduce el Concepto de Producto, siendo su propósito principal incrementar los ingresos por medio de la incorporación de características adicionales al producto, que lo hicieran más atractivo para un mercado cada vez más competitivo.
A principios de los años 50’s, en América del Norte comienzan a proliferar las marcas, trayendo consigo meyores niveles de competitividad. A partir de este fenómeno, se hace más complejo generar ingresos por el simple hecho de añadir características novedosas al producto y/o mejorar su distribución. En respuesta a este fenómeno surge el Concepto de Venta, cuyo principal afán es incrementar el esfuerzo de venta y así elevar los ingresos de la compañía. Este concepto sienta sus bases en el stock (start point) de producto, es decir, a partir del producto fabricado se inicia la campaña de venta.
Para fines de los años 50’s comienza a introducirse el clásico Concepto de Marketing, el que a diferencia del enfoque de ventas, su punto de partida empieza en las necesidades del mercado y no en el stock de productos disponibles.
Con niveles de competitividad aún más elevados, se hace imprescindible hacer algo distinto al tradicional enfoque de ventas, y para ello el enfoque de marketing se define como orientar todas las actividades de la organización, hacia la satisfacción del consumidor, obteniendo a cambio beneficios.
Complementario al Concepto de Marketing emerge el componente social de éste, cuyo principal interés está en hacer marketing de manera responsable, frente a los intereses superiores de la sociedad en el largo plazo, por sobre los intereses y necesidades particulares del mercado objetivo (target market). Este nuevo enfoque adopta por nombre Marketing Social.
Con posterioridad a la década de los 60’s, la competitividad continúa elevándose y como respuesta del marketing a estos cambios, se erige el Concepto de Marketing Impulsor del Mercado. Este enfoque más que orientarse al mercado, para dar al cliente lo que éste demanda (Concepto Clásico de Marketing), se orienta a enseñar al mercado a satisfacer sus necesidades. Por lo tanto, este concepto tiene por virtud crear nuevas formas de satisfacer necesidades a partir de innovaciones de ruptura desde el interior de la organización.
En la década de los 70’s, se sigue intensificando los estándares de competitividad, problemática que se traduce en márgenes cada vez más estrechos y, mayores niveles de dificultad para diferenciarse de la competencia, dada la proliferación excesiva de marcas y formas de productos en sus dimensiones de bienes y servicios. A partir de esta nueva realidad y en conjunto al desarrollo de los servicios (tres «pes» de los servicios), se construye el Concepto de Marketing Relacional, cuyo objetivo principal es rentabilizar las relaciones con los clientes. Para ello, este enfoque de marketing se operativiza a través del Customer Relationship Management (CRM).
Más allá de la relación con el cliente surge el Concepto Clienting, el que busca generar comportamientos leales hacia la marca y finalmente potenciar y desarrollar economías de la lealtad.
En estos últimos años, los investigadores de marketing están explorando el Concepto de Marketing Emocional, intentando explicar el efecto de las emociones (elementos afectivos) sobre la satisfacción/insatisfacción y lealtad del consumidor en ambientes altamente competitivos o de hipercompetencia. /afsa.2009
Referencias
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Notas
(*) Publicado originalmente por Andrés Silva A en http://todoacercademarketing.blogspot.com/
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