En estas épocas digitales, donde las redes sociales consumen cada vez más tiempo de las personas, las cuales están hiperconectadas, surge una dura realidad para cualquier negocio; los consumidores les creen menos a las empresas y más a las opiniones de otras personas.
Es tan curioso este fenómeno que, si voy a ir a un hotel, me fijo más en los comentarios que han puesto sobre él, que en la misma información que el hotel publica. Y es que, este fenómeno se repite en casi cualquier producto o servicio que uno compre, dado que la facilidad de buscar opiniones está a un click de distancia (Facebook, Twitter, WhatsApp, entre otros).
Lo importante en este tema, insisto, no es si conozco o no a la persona que opina de un producto o servicio, se trata de que una persona de carne y hueso me esta dando su opinión sobre algo que yo quiero. Al final esa es una de las grandes oportunidades que tenemos las empresas; dejar de hablarle a los clientes de empresa a persona y empezar a hacerlo de una manera más cercana e íntima, de persona a persona.
Por esta razón es que existe un auge en la contratación de influenciadores, gente ¨común¨ que hable de mi marca o empresa, que utilice nuestra marca en sus publicaciones, utilice la ropa que vendemos, se grabe utilizando nuestros servicios, de manera que genere contenido, que, en el mejor de los casos, se pueda viralizar.
Y es que, aunque esta estrategia es muy útil, es importante que usted sepa que los principales embajadores de la marca los tenemos muchas veces tan cerca, que los hemos obviado: nuestros colaboradores. Si hacemos una revisión de cuantas personas trabajan en nuestra empresa y en cuales redes sociales tienen participación, nos daríamos cuenta la oportunidad oculta que tenemos al trabajar la huella digital de nuestros colaboradores.
Estoy convencido que en nuestras compañías debe existir una gran cantidad de colaboradores orgullosos de la empresa que representan y que con mucho gusto podrían ser partícipes de estas estrategias.
Lo que nosotros debemos promover es que los trabajadores en forma natural puedan generar contenido que directa o indirectamente involucre a la marca o la empresa. Algo tan sencillo como permitirles tomar una selfie en su lugar de trabajo, pero que “casualmente” aparezca el logo detrás, buscar espacios en los cuales durante una actividad laboral puedan utilizar un hastag especial, puedan subir una foto, ser partícipes de un lanzamiento y etiquetar un área específica de la empresa. Con estas iniciativas quedan de lado las teorías que satanizan el uso de redes sociales en tiempo laboral, más bien se convierte en una oportunidad para promover más la marca y el negocio.
También, debemos trabajar en contenido que ellos espontáneamente puedan compartir en sus diferentes redes sociales; contenido no tan posado que genere expresiones naturales, por ejemplo; hacer una campaña que le de cara y nombre a los colaboradores y esta a su vez, pueda compartirse en las redes sociales de la compañía, despertando el interés de que quienes conocen al colaborador le den like y compartan la publicación.
Otro ejemplo, que podemos utilizar es que cada vez es más común que la gente utilice su celular para el trabajo, o bien, tienen uno específicamente para ello. En este caso, es recomendable generarles una fotografía de contacto de alta calidad, donde aparezca algún signo de la marca y motivar para que la utilicen de perfil de whatsApp, al menos cuando se comunican con compañeros y clientes de la empresa. De esa manera, no solo mejoramos la imagen profesional del colaborador, sino también la percepción que tienen las demás personas de la marca.
Continuando con el tema de la fotografía, para LinkedIn se puede contratar un profesional que tome una de calidad, para que los colaboradores la utilicen de perfil. Poniendo en práctica estas iniciativas, sin duda, cuando la gente se meta a ver el perfil del colaborador, desde el inicio tendrán la mejor impresión posible.
Y es que, en esta estrategia, lo importante es humanizar la imagen de nuestra marca, porque tengan por seguro que al utilizar imágenes de sus colaboradores no solo generara reacciones de otros compañeros, familiares y amigos, sino de clientes que con suerte darán like y emitirán comentarios positivos.
Si queremos ponerle métricas, por ejemplo, una foto en Facebook puede viralizarse por una matemática muy simple; tendrá el like del colaborador, esa persona en promedio según revistas especializadas tiene 155 ¨amigos¨ , si al menos 2 ellos le dan like, la imagen podrán verla 310 personas más, le sumamos 2 likes de sus familiares, eso nos da otras 310 personas potenciales, y así sucesivamente, siendo una estrategia muy acertada para dar a conocer la marca a otros segmentos del mercado y logrando un mayor alcance que las publicaciones informativas o de las que hablen del producto.
Esto a su vez se convierte es un estímulo para que el colaborador se sienta pieza clave de una empresa, donde su trabajo es reconocido.
Así que al trabajar la huella digital de sus colaboradores vamos a lograr lo siguiente: aprovecharemos un comportamiento actual donde un alto porcentaje de las personas esta usualmente conectado, ofreceremos a nuestro equipo una imagen más profesional; ese profesionalismo beneficiaría a nuestra empresa; vamos a tener gente con emociones genuinas hablando de la marca, lo cual es más valiosa que pagarle a un conocido influenciador a que diga algo bueno de la marca, que podría parecer fingido; los colaboradores se sentirán más identificados con la empresa y esa motivación se puede ver reflejada en su desempeño laboral.
En todo caso, este proceso debe ser algo natural y voluntario, que aproveche a aquellas personas, que por su forma de ser y sus características se sienta a gusto con estas iniciativas.
Entonces, así como hemos invertido en desarrollar sistemas digitales, diferentes propuestas de promoción, en nuestra página web y en las redes sociales de nuestra empresa, también tenemos que considerar aprovechar y trabajar en la huella digital de nuestros colaboradores.
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