Desde una perspectiva conceptual, la privacidad del consumidor se entiende como la gestión, el manejo y la protección de la información personal y confidencial proporcionada por los clientes en el curso de las transacciones diarias comerciales y no comerciales. Como Internet se ha convertido en un medio relevante de comercio, hace que la privacidad de los datos del consumidor sea una preocupación cada vez mayor en los países.
La sociedad ha sido testigo de una serie de eventos que han convergido para aumentar la conciencia y las preocupaciones de los consumidores sobre la privacidad. A modo de ejemplo están el Reglamento General de Protección de Datos de Europa (GDPR), y la implementación de la Ley de Privacidad del Consumidor de California de 2018 (CCPA), entre otras.
Según el reciente reporte Data Protection and Privacy Legislation Worldwide de UNCTAD (2020), 128 de los 194 países ya han promulgado leyes para garantizar la protección de los datos y la privacidad. Todo indica que, a medida que más y más actividades sociales y económicas tienen lugar en línea, se reconoce cada vez más la importancia de la privacidad y la protección de datos. De esta manera según UNCTAD (2020), la recopilación, el uso y el intercambio de información personal con terceros sin previo aviso o consentimiento de los consumidores, pasa a ser un eje troncal en las leyes de protección de datos.
A la sombra de esta importante evidencia surge la pregunta ¿Cuál es el alcance de estas leyes de protección de datos del consumidor?
Como respuesta a esta pregunta, es evidente la necesidad y urgencia de regular y sancionar el uso inadecuado de los datos personales. Podemos afirmar que el incumplimiento de la privacidad de datos puede dar lugar a diversas demandas y sanciones, según la gravedad de los hechos que pueda sufrir un consumidor por le mal uso de sus datos personal, las que pueden ir desde multas hasta incluso la prohibición del uso de un sitio en determinadas jurisdicciones. Todo lo anterior, sin perjuicio, de configurarse eventualmente delitos en las leyes internas de los países.
Finalmente, la velocidad de los cambios tecnológicos de los últimos años abrió el espacio a situaciones desconocidas, y por ende no consideradas en ninguna legislación, por ello, atendido que las operaciones comerciales y/o sociales por internet irán en aumento, es menester que los países comiencen a regular de manera más efectiva estas situaciones, asegurando el uso adecuado y confiable de estas tecnologías y sancionando cuando afecten intereses personales o sociales.
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