Luego del gran encierro, reflexioné sobre la situación económica del Ecuador, porque la historia siempre se repite: Durante 47 años recibimos miles de millones de dólares por exportaciones petroleras y no petroleras (1973-2020), que generalmente fueron mal invertidos. El gasto público creció, generando grandes déficits fiscales y la deuda externa superó el 50% del PIB -similiar a lo sucedido en la última década-; entonces, decidí investigar y escribir una serie de artículos que contribuyan a cambiar el presente, corregir el pasado y pensar en el futuro.
El primero de esta serie se titula: “In God We Trust,” en él analizaremos que conviene mantener la dolarización -introduciendo una nueva moneda digital- aprovechando la contribución del boom minero al crecimiento económico en la próxima década. Los siguientes artículos se referirán al sistema financiero y a los acuerdos de libre comercio.
Con respecto al objeto de este artículo, según informes del sector minero, del Banco Central del Ecuador (BCE) de julio 2020 y revista Vistazo-Enfoque, durante 2018-2019, la Inversión Extranjera Directa (IED) por US$ 1.195 millones (M) provino principalmente de capitales australianos y canadienses. Aunque continúan los estudios de factibilidad, según reporta la australiana Soldgold, su concesión en la reserva Alpala (Imbabura), cuenta con la mina subterránea más grande de plata, la tercera de oro; y, la sexta de cobre del planeta, con reservas potenciales de más de US$ 100.000 M.
Por lo antes expuesto, recomiendo aumentar nuestra Reserva Monetaria Internacional (RMI) en oro por el equivalente a US$ 4.500 M, así lograremos el objetivo de mantener niveles históricos de reservas como en los años de altos precios petroleros. Esta reserva en oro, ampararía la emisión de una Moneda Digital del Banco Central (MDBC) o Ecuadólar, que propongo utilizar en transacciones de comercio exterior. El FMI financiaría la compra de oro dentro del mismo esquema crediticio recientemente aprobado bajo la figura RFI, o instrumento de financiamiento rápido.
Según analistas económicos, debido al efecto del Covid, la economía decrecerá 12% en 2020. La propuesta de política cambiaria que he mencionado, incentivará mayores exportaciones y ayudará a combatir el desempleo que, en junio, registró la tasa más alta del siglo: 13.3% de acuerdo a la revista Gestión.
El tipo de cambio del Ecuadólar digital se establecería diariamente, según la cotización del US$ con el Derecho Especial de Giro (DEG), publicada en la página web del FMI; la emisión tope de esta moneda sería US$ 4.500 M, amparada 100% por reservas de oro existentes. El Banco Central realizaría la compensación de compra-venta para servir al comercio exterior.
El DEG es un activo internacional creado por el FMI para complementar las reservas oficiales de los países. Su valor desde 2016, lo determina una canasta de monedas compuesta por: Yuan, Euro, Yen, Libra Esterlina y US dólar; consideradas monedas de reserva en el FMI. La cotización de un DEG, al 16 de septiembre 2020, equivale a 1.4168 US$.
En referencia a nuevas monedas con respaldo de oro, conocemos que el Comité Bancario del Senado de Estados Unidos, aprobó la nominación de Judy Shelton para ser directora del Banco Central Americano (FED). Ella promueve la creación de una moneda digital respaldada en oro, utilizando tecnología de criptomonedas. Según Tobías Adrian del FMI, los mercados financieros de países desarrollados o en vías, utilizan como medios de pago: Moneda de banco central, criptomonedas (bitcoin), b-money (bancos, tarjetas de crédito, transferencias), e-money (dinero electrónico de empresas privadas como Alipay, WeChat Pay, M-pesa, Paxos, USD-Coin), i-money (Libra de Facebook).
Como dijo Elie Wiesel, “basta de indiferencias…”, hagámonos cargo de nuestro país, no esperemos que el billete de 100 dólares nos salve, aunque lleve inscrito “En Dios confiamos” (IN GOD WE TRUST). Confiemos en nosotros, el dólar no es todo para progresar, mantengámoslo, pero con una variante: crear el Ecuadólar digital con respaldo de oro, para ser utilizado en el comercio exterior.
Resulta vital tener una política económica estratégicamente flexible hasta 2030, que ofrezca salud, educación y generación de empleo. A mediano plazo, Ecuador debe jugar en grandes ligas, al igual que lo han hecho, Brasil, México, Chile y, en menor grado, Colombia y Perú.
Como he expresado en este artículo; mantengamos el dólar americano como moneda oficial, pero innovemos creando la moneda digital Ecuadólar para mejorar nuestra competitividad y balanza comercial; de esta manera, incrementaremos la RMI en oro para elevar su nivel histórico promedio, que además, servirá para respaldar esta nueva moneda, que sería emitida por el Banco Central. Esta medida nos permitirá contar con una política cambiaria flexible, que fomente la productividad, motive el crecimiento de las exportaciones y, por tanto, el crecimiento económico en el próximo decenio.
Fijémonos la meta de ser un Ecuador competitivo y exportador exponencial, como es Vietnam, que desde que finalizó la guerra en 1975, su exportaciones a finales de 2019, alcanzaron US$ 264.000 millones-12 veces más que las nuestras-.
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Eduardo Salgado Manzano
esalgadom59@gmail.com
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