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Ojalá Que Lluevan Banano Y Arroz En El Campo.

Ojalá Que Lluevan Banano Y Arroz En El Campo.
15 junio, 2022 Eduardo Salgado
In Economía, Inicio

En analogía con la canción de Juan Luis Guerra, analizaremos los casos del banano y el arroz, por la sobreproducción y los efectos causados por la guerra ruso-ucraniana, y daremos recomendaciones para capear el temporal en este nuevo escenario mundial de altos costos de fertilizantes, fungicidas, insecticidas, transporte; bajos precios de mercado y menor demanda rusa.

Necesitamos una política agraria integral y de coordinación entre productores privados y piladoras —en el caso del arroz— y entre exportadores —en el del banano— para evitar que los pequeños y medianos agricultores dejen el campo y migren a las ciudades buscando empleo, vivan precariamente y aumente el subempleo.

Por ejemplo, cuando fui productor-exportador de rosas, un comprador alemán nos ofreció un contrato al que llamó retorno mínimo garantizado (RMG): pagaba el costo de producción por tallo más 15 % fijo y compartía el 50 % del precio final de venta en el mercado, sistema que funciona perfecta y equitativamente.

Debemos trabajar en la cadena de valor desde la siembra (semillas certificadas), insumos y producción hasta el almacenamiento, transporte y comercialización. Para el arroz, aconsejo: a) que Agrocalidad haga un diagnóstico de las zonas más afectadas, con mapeo de los mejores suelos, calidad de agua y enfermedades fitosanitarias; b) Que el INIAP, entregue semillas certificadas, más productivas y resistentes a enfermedades; c) que los industriales, con financiamiento de la banca estatal, construyan centros de almacenamiento de hormigón de alta prestación (más baratos que los silos de metal) en los sitios requeridos; d) que la banca pública ubique entre sus activos las piladoras e instalaciones para acopio de granos y fertilizantes, que ayuden a mantener la seguridad alimentaria y eviten la especulación.

Algo similar sería con el banano: a) Agrocalidad debería contar con estudios y mapeo de bananeras y plataneras afectadas por no vender a Rusia; registrar y declarar en emergencia aquellas que por falta de fumigación tienen enfermedades, como la sigatoka; b) el INIAP entregaría certificaciones oficiales que ratifiquen la ausencia de virus, bacterias y hongos relevanes, acentuando las investigaciones para lograr una variedad más resistente a la plaga Fusarium, que de no controlarse acabaría con muchas plantaciones; c) impulsar la creación del Banco del Agro e Industrial, con capital semilla estatal y de bancos de desarrollo, como la CAF y el Banco Mundial; d) fomentar la siembra de banano orgánico; e) contactar oficialmente a la NASA para comprarle su tecnología que mejore el uso de los suelos, agua y aumente la productividad (http://tecnologia.nasa.gov); e) solicitar la cooperación técnica de Uruguay e Israel; f) que se elimine el impuesto del 2 % a la renta de los productores.

Por último, tal como hace Bolivia, realicemos inversión pública para construir plantas regionales de urea que produzcan localmente a menor precio que el internacional. Este fertilizante se puede producir con gas natural que se extraiga del golfo de Guayaquil o importarlo de Perú.

Ojalá que lluevan café, banano, arroz, maíz, cacao, camarón, flores en el campo. Depende de una nueva política agraria que llegue al Ecuador agrícola profundo para ser más productivos y más competitivos en el mundo.

Nota: columna publicada por el autor en El Universo.