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Lovemarks 2.0: No lo llames amor, llámalo Engagement.

Lovemarks 2.0: No lo llames amor, llámalo Engagement.
18 mayo, 2015 Ángel López Masegosa
In lovemarks, marcas

Si bien es cierto, años atrás, el reconocido CEO Kevin Roberts nos conversaba acerca de esas marcas que a lo largo de los años conseguían encontrar “ese espacio sagrado” en los corazones de fríos consumidores cansados de la saturación publicitaria y de promesas poco sólidas de los anunciantes, en los que la premisa principal era de que la emoción primaba frente a la razón y por lo tanto, debíamos construir un esquema pragmático de misterio, sensualidad e intimidad en nuestras comunicaciones para conseguir llegar a ellos y ser considerados como tal, una gran LOVEMARK. Pero… ¿el amor dura para siempre?

 

Los tiempos cambian y las necesidades también. El consumidor ya no está acostumbrado a conformarse con cualquier cosa, el cliente ahora manda en los procesos de producción y el anunciante cumple, se dejan las historias de lado. Si en su comunicación no incorpora al consumidor final, solamente está acumulando acciones de retraso que harán que finalmente el interés común se pierda y que los objetivos no se consigan.

 

El amor es caprichoso, las marcas también y los consumidores lo son aún más. El concepto de amar ha cambiado en la sociedad y en el mercado y las relaciones se hacen cada vez más exigentes, se pide un trato más personalizado que ayude a la viabilidad de la relación, por ello es importante reconsiderar la estructura de estas marcas y ver si se adaptan a las nuevas necesidades sociales.

 

Hemos visto durante años grandes marcas como Coca Cola o Starbucks, consideradas LOVEMARKS por los factores que cumplían bajo expectativas y necesidades muy distintas a las actuales. Está bien considerar cumplir con los factores de construcción para conseguir ese deseo o necesidad, crear esa historia, esa sensualidad e intimidad pero… ¿se comportan actualizadas?

 

Las lovemarks deben estar preparadas para todo, incluso para un desamor, marcas que construyeron mucho son incapaces de adaptarse a las nuevas necesidades de comunicación y ya tenemos que sumarlas a la construcción de esa historia,  hablar de usabilidad, de digitalización y por supuesto, de compromiso.

 

Está más comprobado que el amor no es para siempre, es ley de vida, todos nacemos, pasamos la vida buscando ese “algo” que nos haga irnos felices y complacidos. Pero si lo analizamos detalladamente, lo que buscamos como seres humanos y compradores es algo más simple que amor, compromiso. Que tú te comprometes a pasar la vida conmigo es un compromiso, que tú como anunciante cumplas con las características y beneficios de mi compra es nuestro compromiso, y así lo harás para la satisfacción mía. Comprometámonos.

 

Las palabras se las lleva el viento, y finalmente lo que siempre andamos buscando es más compromiso que amor que amor en sí, el ENGAGEMENT lo es todo en la actualidad. Pasamos la vida buscando compromisos, tanto laborales como emocionales y así deben vernos los anunciantes, como compromisos a largo plazo en los que deben conseguir que con las herramientas de hoy consigan ese ENGAGEMENT que conocemos como tendencia actual de SOCIAL MEDIA, y que finalmente ahí, es donde finalmente lo firmamos hasta el resto de nuestros días…