A lo largo de una investigación sea cual sea, siempre tratamos de encontrar aquella información que nos ayude a realizar recomendaciones o acciones que resulten verdaderamente efectivas para las marcas teniendo un gran impacto en el mercado.
Sabemos que para poder generar lealtad, primero debemos pasar por la generación de empatía que a su vez debe desarrollarse por medio de una impronta en la mente del consumidor y es ahí en donde muchas veces nos volcamos en hacer o crear productos, servicios o empaques innovadores que, si bien en un principio nos parecían grandes ideas, al final pueden no resultar del todo efectivos.
Esto resulta porque en muchas ocasiones, no nos detenemos a pensar en dos grandes preguntas ¿Es posible desarrollar lo que estamos proponiendo? Y de ser así ¿Es verdaderamente deseable para el consumidor?
Es muy común que al hacer innovación nos surjan grandes ideas basadas en hechos, información o insights que nos hacen hacer recomendaciones o propuestas verdaderamente atractivas, sin embargo cabe resaltar que en muchas ocasiones el desarrollo de estas ideas no depende directamente de nuestro cliente y que el a su vez depende de otras decisiones o directrices que en ese momento estén sucediendo en la empresa, es por eso que debemos siempre detenernos a pensar en este aspecto que llamamos “POSIBLE” que abarca desde el aspecto económico, pasando por el tecnológico hasta terminar incluso en la distribución de la idea que estemos proponiendo.
El otro aspecto que mencionamos es un poco difícil de resolver ya que, si bien generalmente el consumidor nos expone sus necesidades principales o su sentir frente a un producto, marca o servicio, no siempre es lo que verdaderamente necesita y es ahí en donde hay que poner mucha atención para interpretar adecuadamente lo que nos están diciendo y no caer en la clásica frase de “lo está pidiendo el consumidor”.
Es muy común que cuando presentamos una idea o realizamos una evaluación de algo en específico, el consumidor nos diga que le gusta mucho, que le serviría, que lo utilizaría, etc., pero al final cuando ya realmente cuestionamos si lo compraría y si lo necesita, la respuesta suele ser “pues la verdad no” y es ahí entonces donde nos debemos detener en si es verdaderamente “DESEABLE” para nuestro mercado meta.
Cuando logramos hacer un buen análisis de estos dos aspectos, es entonces cuando estamos aún más cerca de realizar acciones y recomendaciones efectivas y verdaderamente innovadoras que ayuden a crear improntas en nuestros consumidores, que desarrollen el famoso engagement que nos lleve a lo que al final todas las marcas buscan… lealtad de marca, recordando que en la actualidad la fidelidad ha sido pulverizada y que las nuevas generaciones ya no buscan ni quieren ser fieles, lo que nos ofrecen es precisamente eso… LEALTAD.
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